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Biblioteca Evoliana

Entrevista inédita con Julius Evola. : "Yo, Tristán Tzara y Marinetti"

Entrevista inédita con Julius Evola. : "Yo, Tristán Tzara y Marinetti"

Biblioteca Evoliana.-  La primera época de Julius Evola (después de la I Guerra Mundial y hasta el inicio de los estudios sobre el "idealismo mágico") está presidida por su adscripción al dadaismo. Esta época tiene una importancia particular por que enlaza con la últimna de "Cabalgar el Tigre": en ambas el espíritu antiburgués es el elemento dominante. Esta idea es la que subyace de la entrevista realizada por la TV suiza y encontrada por Marco Dolcetto, de quien la hemos traducido. Estos fragmentos de la entrevista fueron publicados por  L'Italia Settimanale, n 25/1994 y reproducida en Synergies Européennes, Vouloir (Bruselas), en Agosto de 1994.

 

Entrevista inédita con Julius Evola:
Yo, Tzara y Marinetti

Documento encontrado por Marco Dolcetta

Publicamos aquí algunos extractos de una entrevista televisada inédita de Evola, transmitida en las ondas en 1971 por la TFI, la televisión suiza en lengua francesa. Esta entrevista recordaba a los telespectadores el período de Evola como pintor dadaísta.

En marzo de 1971 frecuentaba en París la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales para obtener un doctorado en filosofía política. Pero el cine y la televisión me interesaban también. Un día, discutiendo con Jean-José Marchand, realizador de la ORTF «Los archivos del siglo XXI» y esta discusión no condujo a una colaboración fructuosa. Los dos estábamos animados para ir al encuentro de Julios Evola. Queríamos introducirlo en una serie de entrevistas sobre los puntos importantes del dadaísmo. Organicé esta entrevista que duró bastante... Inicialmente, Evola no era enteramente hostil, sino que permanecía escéptico. Luego, en un francés impecable, me habló durante largo tiempo de la experiencia dada y de las doctrinas esotéricas. De este largo diálogo, la televisión solamente emitió tres minutos…

Para la posteridad debo señalar que Evola rechazó responder a dos cuestiones. La primera: «En el Libro del Gotha que pertenecía a mi antiguo compañero de colegio en Ginebra, Vittorio Emanuele de Savoia, y su padre Umberto, no se mencionaba a ningún Barón Evola ¿Verdaderamente es usted barón?". La segunda: "Por qué, en la Edición Hoepli de 1941 de su libro «Síntesis de la Doctrina de la Raza» usted puso en una ilustración el retrato de Rudolf Steiner, sin mencionar su nombre, señalándolo como un eemplo de raza nórdico-dinárica, de tipo ascético, dotada de un poder de penetración espiritual?". Ese día comprendí que Steiner había cesado de interesarle. Evola me causó una gran y buena impresión. He aquí algunos extractos de nuestra larga entrevista...

Hablemos de dadaismo. ¿Qué manifestaciones ha tenido este movimiento en Italia y cuál ha sido su contribución personal al dadaísmo?

Es preciso primeramente subrayar que no hubo movimiento dadaísta en Italia en sentido propio. Hubo un primer grupo unido en torno a Cantarelli y Fiozzi que había publicado una pequeña revista llamada Blu, que tenía como colaboradores a los dadaístas; pero es el propio Tzara quien me indicó su existencia. Más tarde aporté mi colaboración a pesar de que esta revista apenas publicó tres números. Por lo demás organicé una exposición de mis obras en Italia y otra en Alemania, en la galería Der Sturm de von Walden. En total eran 60 cuadros. En 1923, participé en una exposición colectiva con Fiozzi y Cantarelli en Italia, la galeria de Arte Moderne de Bragaglia; luego he publicado un opúsculo titulado Arte Astratta para la Collection Dada, cuyo tema era la pintura, la poesía y mi interpretación teórica del arte abstracto. También he pronunciado conferencias, especialmente sobre Dada, en la Universidad de Roma. También escribí un poema, La Parola Oscura del Paesaggio Interiore, un poema a cuatro voces en lengua francesa, que ha sido publicado por la Collection Dada en 1920, con una tirada de 99 ejemplares. Este poema ha sido recientemente publicado por el editor Scheiwiller de Milán.

En Rome, había una sala de conciertos muy conocida en algunos medios que se llamaba L'Augusteo. Inicialmente en esta sala, un pintor futurista italiano, Arturo Ciacelli, había creado un cabaret a la francesa: Le Grotte dell'Augusteo. En este cabaret, existían dos salas que yo mismo había decorado. Era un pequeño teatro, en el cual ha habido algunas manifestaciones dadaistas, donde recité mi poema a cuatro voces, con cuatro personales, evidentemente, tres hombres y una joven que, mientras recitaban, bebían champagne y fumaban, y la música de fondo era de Helbert, Satié y de otros músicos de esta tendencia; esa tarde había sido reservada únicamente a invitados, cada uno de los cuales recibió un pequeño talismán dada. Teníamos la intención de centrarnos solamente sobre el dadaismo, introduciéndolo al mismo tiempo que el manifiesto dada; desgraciadamente, la persona que prometió ayuda financiera...

... no mantuvo su promesa.

En efecto, no mantuvo su promesa… Ahora comprenderá el motivo. En cuanto a la exposición dadaista, no se contentó solamente con exponer cuadros; teníamos la intención declarada de sorprender lo más posible a los burgueses y en la sala habíamos preparado una serie de sorpresas. En la entrada, cada invitado era tratado como un villano curioso, luego, en el interior de la sala estaban situados rótulos con frases de Tristan Tzara: "Me gustaría acostarme con el Papa". "¿Usted no me comprende? Yo tampoco, ¡qué tristeza!". «Finalmente se nos ha contagiado la blenorragia, ahora esperamos el diluvio». En cada uno de los marcos había una pequeña inscripción con frases tales como: "Compre este cuadro, por favor, cuesta 2,50 francos”. En otra escena se danzaba el shimmy, donde se colocaban más frases dadaístas: "Dada no ama a la Santa Virgen". "El verdadero Dada está contra Dada", y así sucesivamente. En consecuencia, vista esta inclinación a la que estábamos muy unidos, dado que para nosotros era una componente esencial del dadaísmo, con ironía y cierta mistificación, puede usted imaginar cuál fue la acogida del público burgués y bienpensante a estas, manifestaciones dadaistas; no eran organizadas para aquellos que se interesaban por el arte, sino para permitirnos hacer provocaciones: se recibía a los visitantes lanzándoles legumbres o huevos podridos… A parte del público en general, las críticas no nos tomaban en serio… Tenían la impresión de que hacíamos algo poco serio, sin embargo, yo diría que, más o menos, era muy serio, pero, eso sí, presentada con la máscara del eufemismo y la mistificación. Por todo esto el dadaísmo no tuvo continuación. Cuando me fui, puede decirse que en Italia el dadaísmo no tuvo continuación. Tras haber publicado tres o cuatro números, el Grupo de Mantua, se retiró en el silencio sin que aparecieran sucesores….

Con una mirada retrospectiva ¿qué piensa usted de la experiencia dadaísta y del dadaísmo?

Tal como le he dicho, para nosotros, el dadaismo era algo muy serio, pero su significado no era artístico. Para nosotros, primeramente no era más que un intento de crear un arte joven, en esto nosotros nos situábamos en oposición al futurismo que se embalaba con el porvenir, la civilización moderna, la velocidad, la máquina, etc. Todo esto no existía para nosotros. Es la razón por la cual es preciso considerar el dadaismo y también particularmente el arte abstracto como un fenómeno de reflejo, como la manifestación de una crisis existencial muy profunda. Se había llegado al punto cero de los valores, pues había una gran variedad de opciones para los que realizaban seriamente esta experiencia dadaísta: suicidarse o cambiar de vida. Muchos lo han hecho. Por ejemplo, Aragón, Breton, Soupault. El mismo Tzara recibió en Italia poco antes de su muerte, un premio de poesía cada académico. En Italia, nosotros hemos conocido fenómenos análogos: Papini, conjuntamente con el grupo del que formaba parte, compuesto por anarquistas e individualistas, se ha convertido, ulteriormente al catolicismo. Ardengo Soffici, que era un pintor bien conocido cuando se ocupaba de expresionismo, cubismo y futurismo, se ha convertido en tradicionalista en el sentido más estricto del término. Tal era una de las posibilidades, cuando no se permanecía fiel a las propias posiciones. Una tercera posibilidad, era la de lanzarse a la aventura, como hizo Rimbaud… Se podría incluso decir que el método dadaísta tiene relación con la fórmula «Dada Siempre», tal como lo interpreté, y que es también la fórmula de Arthur Rimbaud, la de dominar todos los sentidos para convertirse en vidente. Tal como he dicho, la otra solución es la de arrojarse a una aventura, tal como hizo Blaise Cendrars y otros. Para terminar, existen otras posibilidades positivas, si bien la naturaleza inconsciente pero real de este movimiento es una voluntad de liberación y de trascendencia.

Situar un límite a esta experiencia y buscar abrirse un camino, o elegir otros campos donde esta voluntad pudiera ser satisfecha: es lo que hacía en aquel tiempo, tras un muy grave momento de crisis del que sobreviví milagrosamente. En ese momento el plano existencial que justificaba mi experiencia dadaísta ya no existía. Entonces ya no tenía ninguna razón para ocuparme de esto, y he pasado a actividades por las cuales he sido… esencialmente conocido.

¿Qué piensa usted del interés que se vive hoy por el movimiento dadaísta, que afecta a los medios más diversos?

Soy muy escéptico a este respecto porque, según mi interpretación, el dadaismo constituye un límite: no hay nada más allá del dadaísmo, y acabo de indicarle cuales son las posibilidades trágicas que se presentan a los que han vivido profundamente esta experiencia. En consecuencia, lo que puede interesar del dadaismo es sobre todo desde el punto de vista histórico, pero digo también que la nueva generación no puede extraer ninguna consecuencia positiva de esta experiencia.

(Entrevista aparecido en L'Italia Settimanale, n 25/1994).

[Synergies Européennes, L'Italia (Rome) / Vouloir (Bruxelles), Aout, 1994

 

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